Experiencia
Misionera durante la Semana Santa
La Hna Petrona Gaitán acompañada de la novicia Noelia y la
Hna. Lilliam Martínez acompañada de las novicias Lourdes y Johanna de la Comunidad Noviciado, de San
José Costa Rica hemos compartido el Triduo Pascual con la comunidad de San
Antonio de Padua de la parroquia de San Pablo de la Zona de los Santo , y la
comunidad Bajo Canet de la parroquia San Marcos, Evangelista de San Marcos de
Tarrazú.
Ha sido una experiencia enriquecedora para cada una de
nosotras, compartir la fe con sencillez, lo que reanima nuestra esperanza, contagiar
de alguna manera la alegría del Evangelio en lugares remotos en que el acceso
del sacerdote es escaso, de tal forma que ha sido un alimento para reavivar ese
don de la fe en esas comunidades y en nuestra propia.
Actividades como, las Celebraciones litúrgicas y
tradicionales del Triduo Pascual, visita a los enfermos, encuentros con niños y
encuentros vocacionales con los jóvenes de dichas comunidades han sido la
misión que hemos podido llevar a cabo, gracias a la asistencia del Espíritu que
nos ha guiado y conducido en todo momento.
Hoy queremos retomar las palabras del Papa Francisco en su
exhortación apostólica Evangelii Gaudium porque creemos que resume la vivencia
de esta misión:
“…la misión no es un negocio ni un proyecto
empresarial, no es tampoco una organización humanitaria, no es un espectáculo
para contar cuánta gente asistió gracias a nuestra propaganda; es algo mucho
más profundo, que escapa a toda medida. Quizás el Señor toma nuestra entrega
para derramar bendiciones en otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos.
El Espíritu Santo obra como quiere, cuando quiere y donde quiere; nosotros nos
entregamos pero sin pretender ver resultados llamativos. Sólo sabemos que
nuestra entrega es necesaria. Aprendamos a descansar en la ternura de los
brazos del Padre en medio de la entrega creativa y generosa. Sigamos adelante,
démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros esfuerzos
como a Él le parezca. “
Mientras la Hermana María Lina
Acuña e Idalia Luquez de la Comunidad Juniorado compartieron con la comunidad
de Alto Villegas, de la Parroquia de San Ramón Nonato, ellas fueron alojadas en
el hogar de la familia de la Hna. Susana Oconitrillo, durante toda la Semana
Santa. Ambas hermanas han dado razón de su fe, de su esperanza y de su amor en
Jesucristo Resucitado compartiendo con la comunidad momentos fuertes de
formación, de oración, de celebraciones, de visitas a enfermos y distintos
hogares para llevarles la Palabra de Dios y la alegría de la fe.
“Sólo puede ser misionero alguien
que se sienta bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros.
Esa apertura del corazón es fuente de felicidad, porque «hay más alegría en dar
que en recibir» (Hch 20,35). (Cf. Evangelii Gaudium 27)