14 de febrero de 2014
Papa Francisco: Universidades y
escuelas católicas deben educar con amor y coherencia
VATICANO, 13 Feb. 14
/ 10:36 am (ACI)
.- ”La educación católica es uno de los desafíos más importantes para la Iglesia”, comprometida en
la nueva evangelización en medio de un contexto histórico y cultural en
constante transformación, afirmó el Papa Francisco en su discurso a los
participantes en la plenaria de la Congregación para la Educación Católica en
la Sala Clementina del Vaticano.
La agenda de la
plenaria está centrada en la actualización de la Constitución Apostólica
Sapientia Christiana, la consolidación de la identidad de las universidades
católicas y la preparación de dos aniversarios en el año 2015: el 50 de la
declaración conciliar Gravissimum educationis y el 25 de la Constitución
Apostólica Ex Corde Ecclesiae, que regula a todas las universidades católicas
del mundo.
Francisco ha
propuesto a los participantes tres aspectos al respecto: el valor del diálogo
en la educación, la preparación calificada de los formadores y la
responsabilidad de las instituciones educativas:
“Efectivamente –ha
dicho refiriéndose al primer punto–, las escuelas y universidades católicas son
frecuentadas por muchos estudiantes no cristianos e incluso no creyentes. Las
instituciones católicas ofrecen a todos una propuesta educativa que tiene como
objetivo el desarrollo integral de la persona, que responde al derecho de todo
ser humano a tener acceso al saber y al conocimiento”.
“Pero, están
igualmente llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto a la libertad de cada
individuo y de los métodos propios del entorno escolar, la propuesta cristiana,
es decir Jesucristo como sentido de la vida, del universo y de la historia. Jesús
comenzó a predicar la buena nueva en la ‘Galilea de los gentiles’, una
encrucijada de personas de diferente raza, cultura y religión”.
Ese contexto, explicó
el Papa, “es similar en algunos aspectos al mundo de hoy. Los profundos cambios
que han llevado a la difusión, cada vez más amplia, de sociedades
multiculturales, exigen a cuantos trabajan en la escuela y en la universidad
que se involucren en itinerarios educativos de intercambio y diálogo, con una
fidelidad valiente e innovadora que sepa favorecer el encuentro de la identidad
católica con las diferentes ‘almas’ de la sociedad multicultural”.
Hablando del segundo
aspecto, la preparación calificada de los formadores, el Papa ha señalado que
“no se puede improvisar” y que “se debe hacer seriamente”. Asimismo recordó que
durante su encuentro con los Superiores Generales, subrayó que la
educación en nuestros días “está dirigida a una generación que cambia, y que,
por tanto, todo educador –y toda la Iglesia que es madre educadora– están llamados
a 'cambiar' en el sentido de ser capaces de comunicarse con los jóvenes que
tienen enfrente”.
“La educación es un
acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide emplear mejor los
recursos, apaciguar las pasiones e iniciar un camino de paciencia junto a los
jóvenes. El educador en las escuelas católicas debe primero ser muy competente
y calificado, y al mismo tiempo, lleno de humanidad, capaz de estar entre los
jóvenes con estilo pedagógico para promover su crecimiento humano y espiritual.
Los jóvenes necesitan educación de calidad y de igual modo valores, no solo
enunciados, sino atestiguados. La coherencia es un factor indispensable en la
educación de los jóvenes. ¡Coherencia! No se puede hacer crecer, no se puede
educar sin coherencia: coherencia, testimonio”.
El Santo Padre
resaltó que “por eso el educador necesita él mismo una formación permanente. Es
necesario invertir para que los docentes y los dirigentes puedan mantener alta
su profesionalidad y también su fe y la fuerza de sus motivaciones
espirituales. Y también en esta formación permanente me permito sugerir la
necesidad de retiros y ejercicios espirituales para los educadores”.
“Es bello hacer
cursos sobre este aspecto, pero también es necesario hacer los ejercicios
espirituales, retiros, ¡para rezar! Porque la coherencia es un esfuerzo, pero
es sobre todo un don y una gracia. ¡Y debemos pedirla!
En cuanto a la
responsabilidad de las instituciones educativas de “expresar una presencia viva
del Evangelio en el campo de la educación, la ciencia y la cultura”, el Papa
Francisco ha reiterado la necesidad de que las instituciones académicas
católicas “no se aíslen del mundo sino que sepan entrar con valentía en el
Areópago de las culturas actuales y entablar diálogo, conscientes del don que tienen
que ofrecer a todos”.
“La educación
–concluyó– es un gran patio abierto, en el que la Iglesia siempre ha estado
presente con sus propias instituciones y proyectos. Hoy tenemos que fomentar
este compromiso a todos los niveles para renovar la tarea de todos aquellos que
están comprometidos en la perspectiva de la nueva evangelización”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario